martes, 23 de diciembre de 2008

INICIA LA SEMANA




Con la decapitación de ocho militares en el estado mexicano de Guerrero, los analistas estiman que el narcotráfico le declaró la guerra al ejército mexicano.

Este episodio ha sido el golpe más duro recibido por esta institución desde que hace dos años comenzara un operativo federal con la movilización de 36.000 uniformados contra los cárteles de la droga.

No habrá "la más mínima consideración" con los autores de estos crímenes, advirtió este lunes el secretario de Defensa mexicano, Guillermo Galván. Por su parte, el presidente Felipe Calderón aseguró que la muerte de los militares "no ha sido en vano".

El homicidio múltiple está considerado como la respuesta de un grupo del crimen organizado por la muerte, el viernes pasado, de tres de sus supuestos miembros en un enfrentamiento armado con soldados en Teloloapán (Guerrero).

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