Dannia Ibett Puga Corona fue detenida el fin de semana pasado en un Wallmart de Colima, por robar brochas para maquillaje, jabones, corta uñas, pilas triple A, pinzas para depilar y un cortador de cutículas, todo esto tenía un costo de mil 531 pesos. Lo mas increíble fue que la mujer de 31 no tenía ninguna necesidad de robar ya que era funcionaria de Fonacot en la entidad, delegada del Fondo y Garantía para el Consumo de los Trabajadores (Fonacot) y candidata a Diputada Local por el PAN en Colima por lo que recibía varios cheques mensuales con una buena cantidad de ceros.
El PAN anuncio que la candidatura de Dannia Ibett Puga Corona ha sido retirada como medida de prevención para que los demás candidatos del partido no se vean afectados por este incidente.
1 comentario:
Robar, cuando no es para partirle la madre al bienestar inmediato y necesidad de una familia, puede verse como un acto anarquista, no sé, hasta poético. Recuerdo de niño haber robado una pelota de pelos de plástico (koosh ball), también en un wal mart, hace como unos quince años. Lo malo es que ese mismo día me soltó una reverenda cachetada, todo porque la chismocita de mi hermana mayor le fue con el chisme.
Es genial la sensación de estar haciendo algo prohibido, algo así como un sentimiento de que traes en el vientre un elefante que te está pateando, para al final concluír el ilícito que jamás terminarás de consumar, ya en la seguridad de tu cueva de Alamí y tus otros tantos ladrones.
Ahora, ese tipo de conductas por parte de un funcionario, más que de espanto, deberían de ser no sé, como un dato común. La clase política de este país, en su mayoría no está preocupada por que les den, sino para que los pongan en un lugar en donde puedan ordeñar a la gallina de los huevos de oro.
Si en algún sueño pacheco cayera en el mismo separo que esa chica, no le reclamaría lo más mínimo, nos pondríamos una jolgoriosa peda, platicando de todo aquello, que ridículamente hemos robado de algún lugar de gigantes proporciones. Ah, hablando de gigante, recuerdo que de niño, también en un gigante, me robé una rosa de payaso, de esas que te ponías en la bolsa de la camisa o del saco, para disparar agua.
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