Dado que no he tenido dinero para salir a dar la vuelta con los amigos, beber alcohol, comprar libros nuevos, etc. He tenido mucho tiempo libre para pensar sobre mi vida y hacia dónde la dirijo... tratando de omitir todos los chilchés básicos de una trama de autodescubrimiento en los que asimilo que “Voy a dejarme la barba, beber mucho, aprender a tocar el bajo... como los otros 20 mil mediocres que también quieren ser escritores en este país”; puedo decir con certeza que la revelación no proviene de las respuestas que encontré, sino de las preguntas auto formuladas para las que aun no tengo una respuesta y que supongo serán la base de mi futuro éxito o fracazo como ser humano, en este planeta:
¿Quién soy?
¿A dónde voy?
¿Cuánto cobran la entrada?
¿Cuánto cuesta la cerveza allí adentro?
Y las más importante: ¿Mi boleto es para mero adelante o hasta atrás?
Las respuestas no sé cuándo vendrán a mí. Nadie lo sabe. Por ahora solo tengo las preguntas y unas irresistibles ganas de ir a quemar cosas. Voy a dejar esto por la paz un rato y dejar que el Edgar del futuro se encargue de ello.
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